Historia

El vínculo del ser humano con la Naturaleza

El jardín olvidado en la realidad de hoy, pude ser comparable con el olvido de la psique y el espíritu en el tratamiento de enfermedades. El valor de un jardín y el rol de la psique en la sanación son ambos difíciles de cuantificar o probar. Tal como hoy las terapias complementarias están comenzando a visibilizar el valor intrínseco de la conexión de la mente y el cuerpo, los profesionales del diseño del paisaje están empezando a redescubrir las posibilidades terapéuticas en el diseño en un jardín.

Marcus & Barnes

Abordar la historia de cómo, cuándo y por qué surgen los Jardines Sanadores y Terapéuticos en los centros de salud, implica observar un elemento fundamental en este relato histórico: el vínculo del ser humano con la Naturaleza.

Múltiples registros históricos nos muestran el camino que ha recorrido el hombre a través de su propia evolución. En éstos observamos los paradigmas, conductas y transformaciones con los cuales el ser humano buscó comprender el mundo y los fenómenos que lo rodeaban. Es así como logramos dimensionar el vínculo de las culturas ancestrales con la Naturaleza, la que se daba en una completa reciprocidad y mutua transformación. La relación con la Naturaleza no se construía bajo la mirada sujeto y objeto (como sí suele suceder hoy), sino de sujeto – sujeto, es decir, el ser humano era parte de la Naturaleza y la Naturaleza era parte del ser humano; juntos conformaban el todo.

Sin duda alguna, los distintos momentos históricos y cambios culturales que ha experimentado el ser humano se reflejan en todas las dimensiones de su quehacer social: arte, educación, arquitectura, salud, etc. Los Jardines Sanadores y Terapéuticos, o las áreas naturales vinculadas a los espacios de salud, también reflejan esas transformaciones:

Grecia antigua
Roma
Medioevo
Renacimiento

El primer espacio de sanación con grandes áreas verdes -del que se tiene evidencia- es el denominado Santuario de Asclepeion de Epidaurus (dios de la medicina) en la Grecia antigua (nombrado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1988), el que se registra en funcionamiento desde el S. IV AC.

Para el mundo griego antiguo, el Cosmos, el ritmo día-noche y -por supuesto- las leyes de la Naturaleza eran elementos centrales en la vida cultural, social y espiritual.

Los mitos y leyendas nos muestran ese vínculo, constituyéndose como la primera forma de reflexionar y comprender la naturaleza. El mito griego se presenta como un soporte moral e interviene en los comportamientos humanos.

Fotografía Santuario de Asclepeion de Epidaurus (año 2016)

En Roma, donde la sociedad gira en torno a la milicia, la principal función de médicos (la mayoría no romanos) era la de curar a gladiadores y militares durante las campañas imperialistas.

El destacado cirujano de gladiadores -Galeano de Pérgamo- planteaba la importancia de dejar actuar a la Naturaleza: “la naturaleza se cura a sí misma, sólo hace falta ayudarla”.

Ya en Roma los hoy denominados SPA (Salus Per Aquam/Salud a través del agua) estaban presentes en las grandes ciudades romanas, porque el agua (su presencia y uso) era fundamental en el proceso de sanación.

Templo romano de Júpiter Capitolino. Estaba dedicado a Júpiter, junto a los otros dos integrantes de la Tríada Capitolina: Juno y Minerva.

En el medioevo -impulsado por el mundo cristiano- existen dos etapas en relación al vínculo con la naturaleza en entornos de salud.

En un inicio (y algunos perduraron en el tiempo) muchos monasterios se transformaron en hospitales con grandes jardines centrales; se mantenía una comprensión de que en el proceso de sanación la Naturaleza es importante.

Posteriormente, muchos monasterios o centros de salud consideraron la liturgia como el eje central del proceso de sanación en pacientes; todos debían presenciar la misa diaria. De esta manera, se construyeron o adaptaron los espacios de salud hacia este propósito y todas las habitaciones contaban con acceso -a través de una ventana o puerta- hacia la capilla o lazareto.

 

Jardín interior del monasterio medieval de Pandhof Dom, en Utrecht, Holanda.

Durante el Renacimiento se produce un auge de las ciencias y el interés del hombre por el conocimiento de la naturaleza. Comienza aquí una relación hombre-naturaleza vista como contraposición (sujeto-objeto), en la medida en que la naturaleza es concebida como objeto de transformación y dominación. Así, el hombre ahora es capaz de entender, modificar y dominar -con un instrumento que ya no es Dios sino la ciencia y la técnica- la Naturaleza y sus procesos.

A su vez, durante la época de la luz, se vuelca la mirada hacia el rescate de la sabiduría presente en las culturas griega y romana.

De esta forma se desarrollan dos grandes vertientes durante esta época: el camino de la ciencia/técnica y el del rescate de los conocimientos de los griegos y romanos.

Destacan los avances en el estudio de la anatomía (Revolución Anatómica) y su difusión gracias al desarrollo de la  imprenta.

Bosquejos de Leonardo Da Vinci – Estudio botánico de la especie Violeta – Viola odorata

Los avances de la ciencia desplazan a la Naturaleza

A mediados del siglo XIX, en plena época moderna, la enfermera británica Florence Nightingale busca entender el impacto del entorno sobre la salud de los pacientes. Fue una de las pioneras acuñando conceptos como «Healing Environment» y logró salvar muchísimas vidas al introducir medidas como la separación entre camas de pacientes e incrementar la limpieza e higiene personal. Recordemos que en esta época los heridos de guerra morían -en su mayoría- por enfermedades infecciosas o asociadas y no necesariamente por sus heridas durante combates.

«Veinte años después de la muerte de Florence Nightingale, los arquitectos Alvar Aalto y Aino Marsio diseñaron el Sanatorio de Paimio en medio de un bosque finlandés, para enfermos de tuberculosis, centrándose en la salud del paciente. Aún no existían los antibióticos, y los arquitectos, conscientes de que el sol era un factor clave en la recuperación de esta patología, basaron su diseño en el máximo aprovechamiento de la luz natural, la ventilación y las vistas al exterior». Parra Casado, Marta y Müller E., Ángela – arquitectas-.

Así, desde fines del siglo XIX e inicios del XX se establecen sanatorios para curar la tuberculosis, muchos de los cuales poseen disposición de campus, con amplios jardines para llevar a los pacientes hacia la Naturaleza y buscar sus beneficios en los procesos de recuperación.

En Chile son múltiples los casos de sanatorios con estas características, entre los que destacamos el Hospital del Salvador de Valparaíso -construido en 1860 , como parte del antiguo Hospital San Juan de Dios- constituyéndose en el lugar ideal para acoger a las víctimas de la viruela y la tuberculosis, debido a su ubicación aislada. Por unos años se transformó también en un hospital para los heridos de la guerra del Pacífico (1879).
Es en el siglo XX, con el descubrimiento del antibiótico y el control de la tuberculosis, que se reducen significativamente los pacientes de estos centros de salud, dejándolos practicante vacíos. A partir de ese momento muchos de estos espacios fueron transformados en hospitales psiquiátricos, como es el caso del Hospital del Salvador de Valparaíso.

Es justamente este hecho significativo: el descubrimiento de los antibióticos, y su gran cobertura internacional, uno de los factores que desplaza la importancia de la Naturaleza en el proceso de recuperación. De esta forma, los centros de salud con grandes jardines y áreas verdes son destinados a pacientes crónicos o para aquellos que necesitan cuidados a largo plazo o tratamiento psiquiátrico.

A esto se suman los nuevos estándares internacionales en la construcción de centros de salud, los que se asemejan más a edificios corporativos, donde el aire acondicionado es remplazado por la ventilación natural; las terrazas al aire libre y balcones desaparecen; los espacios naturales sucumben a estacionamientos y los espacios interiores se diseñan en base a eficiencia e higiene, más que por el bienestar de pacientes y usuarios (Ulrich, 1992).

En Chile, además de una necesidad sanitara al interior de las áreas médicas, se eliminaron paulatinamente las plantas interiores o árboles porque -bajo esta mirada sanitaria moderna- podían ser fuente de gérmenes. Hasta ahora, de hecho, en algunos hospitales no se permiten flores en las habitaciones de los pacientes.
La idea de que la naturaleza ayuda en el proceso de recuperación y sanación de las personas se fue perdiendo y pasó a ser, en el mejor de los casos, sólo un elemento de decoración del recinto hospitalario.

Reinvindicación de la importancia de la naturaleza

Afortunadamente, hace ya algunas décadas (finde los ´80, principios de los ´90) comenzó la reivindicación de la importancia de la Naturaleza en los centros de salud, apoyada con estudios científicos que han llegado incluso a los más escépticos en esta materia.

Entre 1972 y 1981, el profesor y arquitecto norteamericano Roger Ulrich realizó un estudio titulado “View through a window, may influence recovery from surgery”, en el que se buscó determinar si existía diferencia entre pacientes (post-cirugía) que tuvieran acceso a vistas naturales podía generar resultados positivos medibles en el tiempo. Los resultados mostraron que los 23 pacientes en habitaciones con vistas hacia entornos naturales tuvieron una estancia post-operatoria más breve, tomaron menos analgésicos y recibieron menos evaluaciones negativas de las enfermeras. Mientras que los 23 pacientes en habitaciones con vistas a un edificio, tuvieron resultados opuestos.
A partir de las conclusiones de este trabajo, sumado a que fue publicado por la prestigiosa revista Science, se generó una mayor conciencia del impacto del espacio y el diseño de hospitales sobre el estado físico y anímico del paciente.

En Chile la tendencia de hacer Jardines Sanadores es muy reciente, pero poco a poco ha ganado terreno. Una experiencia importante es la que ha desarrollado Fundación Cosmos en diversos centros de salud, recuperando y/o creando nuevas áreas para convertirlas en infraestructura hospitalaria al aire libre: Jardines Sanadores o Terapéuticos.

En nuestra sección Poder Sanador podrán profundizar sobre el poder y beneficios de la Naturaleza en el proceso de sanación.