Características

Elementos de un Jardín Sanador o Terapéutico

“Un buen diseño dirige la percepción a través del espacio. La terapia guía la sanación a través del tiempo. El diseño -de enfoque terapéutico- direcciona el proceso de sanación a través del espacio y el tiempo”.

Marni Barnes

Jardines Sanadores: Primeras indicaciones para su diseño

Clare Cooper y Naomi Sachs en el libro Therapeutic Landscapes: An Evidence-Based Approach to Designing Healing Gardens and Restorative Outdoors Spaces (2014), plantean que durante el siglo XVIII el especialista horticultor alemán -Christian Clay- es quien entrega las primeras recomendaciones de cómo diseñar un jardín al interior de un hospital: “El jardín debería estar directamente conectado con el hospital… El paciente logrará el vigor necesario si, a través de su ventana, presencia una escena alegre y que florece … (y) los impulsará a que realicen una caminata… Las especies plantadas deben acompañar a lo largo de los senderos, que ofrecen sillas y bancas … Los espacios entre senderos podrían tener hermosos jardines y coloridos macizos de flores … Los arroyos y sus sonidos podrían correr a través de floridas áreas … Un jardín del hospital debería tener todo para disfrutar de la naturaleza y promover una vida saludable”.

En términos generales un Jardín Sanador o Terapéutico, además de responder a las necesidades específicas de la comunidad que le dará uso, debe ser funcional. Sus características variarán dependiendo de los pacientes, sus diagnósticos y las especialidades de los profesionales de la salud que le darán uso. Sin embargo, existen cuatro elementos básicos planteados por Roger Ulrich (Supportive Garden Design, 1999), los que han sido reafirmados a través de los años y la experiencia de expertos como Clare Cooper, Marni Barnes y Rachel Kaplan:

Acceso y contacto directo con la Naturaleza

· Se recomienda un paisajismo con especies de gran variedad de formas, texturas, y colores para potenciar la estimulación sensorial.

· Incluir plantas cuya floración ocurra en distintas épocas del año, de tal manera que exista floración permanente y se marquen las épocas del año. A su vez, es importante incorporar especies “siempre verde” y medicinales.

· Evitar especies que contengan veneno, espinas o que atraigan gran cantidad de insectos (ej. abejas). Especialmente en jardines diseñados para niños o con diagnósticos psiquiátricos.

· El jardín debe tener armonía visual y balance -simétrico o asimétrico- para sentir el lugar como un todo.

Sentido de control, contención y pertenencia

· Áreas y perímetros muy bien definidos, con salidas y entradas visibles. Senderos con superficies firmes y lisas, que permitan el tránsito cómodo de silla de ruedas, y -de ser necesario- camillas.

· Asientos cada cierto tramo de los senderos y en zonas sombreadas.

· Espacios que permitan privacidad y contención.

· Áreas con distintos usos que se adapten a actividades tanto pasivas como activas.

· Un factor clave que permite desplegar el sentido de control, es incorporar a los usuarios en el diseño y construcción del jardín

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Espacios que permitan el apoyo o soporte social

· Sectores cerrados o protegidos diseñados para trabajos o actividades grupales, las que favorecen la sociabilización.

· Diseño de sectores que permitan grandes grupos de trabajos y que -a su vez- permitan un trabajo focalizado en grupos pequeños.

Favorecer el movimiento y el ejercicio físico

· Un jardín que posea accesibilidad universal, permitirá la independencia y seguridad en los usuarios, promoviendo una ejercitación suave y pausada.

· Contar con circuitos interiores también favorecerá la ejercitación.

· En el caso de niños, es importante considerar espacios de actividades físicas y juegos, que ayuden en la reducción de estrés.